Pequeño relato de cómo puede ser nuestra vida en el 2042, o quizá después, y también de lo que ya es hoy...
ENTRE HOY Y MAÑANA
ENTRE HOY Y MAÑANA
Esteban se despierta
después de una mala noche, no recuerda lo que ha soñado, pero se levanta con un
nudo en el estómago. Pensando que quizá fuese hambre se va a la cocina a
desayunar. Al entrar por la puerta se activa la radio con la emisora de todas
las mañanas. No hay radio como tal, es la propia televisión, con un hilo
musical, y se activa cuando alguien entra, y en función de la persona que
primero entra suena una emisora u otra (o se enciende la televisión).
Hoy tiene una video-reunión
importante en el trabajo, así que frente a su armario pulsa la tecla “s” de
smart (elegante), y del propio armario salen 3 perchas: una con un traje, otra con una
camisa y otra con una corbata, todo perfectamente combinado. Desde casa pasa
directamente al edificio-parking de al lado y coge su velopatín (patín que se
desplaza a 10m del suelo por unos carriles especiales)
Al terminar su trabajo, se
da cuenta de que las tiendas están cerradas, así que decide comprar a través de
Internet en el super que tiene al lado de casa, y para cuando vuelva, podrá
recogerlo a través del hall de recogidas nocturno, que no cierra en toda la
noche.
Llama a Carla, a ver donde
está. Ella y sus amigos están en ThirdLife. Un bar en el que puedes elegir en
qué ambiente quieres tomarte la copa, y está conectado con todos los ThirdLife
del mundo, y a través de una realidad aumentada puedes conocer a gente de
cualquier rincón del planeta (bueno, de todos no, solo de aquellos que tengan
esa tecnología… y un ThirdLife)
Tras estar en multitud de lugares, el grupo decide darse
una vuelta por Madrid. Les llama la atención que hay mucha mucha gente andando
por el centro, gente de diferentes nacionalidades y piensan que quizá la
empresa haya montado un concierto virtual en la Plaza Mayor… Pero no ven ningún
escenario… Al acercarse ven que la gente lleva pancartas, y está gritando
cosas, en diferentes idiomas. De repente comienzan a sonar alarmas: la del bar,
las de los coches de policía en la Plaza Mayor, de los que rápidamente se bajan
multitud de policías y comienzan a empujar a la gente. Esteban, Carla y sus
amigos salen rápidamente de ese entorno y ven como unos policías entran en el
bar y van directos a otro grupo de personas. Tras algún que otro forcejeo y
frente la mirada atónita de todas las personas allí presentes, los esposan
acusándoles de atentado a la autoridad por resistencia pasiva y delito de integración en
organización criminal y realización de convocatorias a través de las redes
sociales.
Tras estos sucesos ante los
que no puedieron hacer nada, decidieron volver a casa. Carla estaba tan
asustada que decide irse a dormir a casa de Esteban. Pasaron a por la compra,
aparcaron el volatín y se fueron directos al sofá, sin decirse ni una palabra.
Se tumbaron y
Esteban apretó el botón de la mesa. En ese momento comenzó a bajar lentamente
una pantalla por la pared. No sabía muy bien lo que le apetecía hacer, quería
olvidar lo que había pasado...Finalmente dijo en voz alta “diversión” y a
continuación en la pantalla se mostró un menú con los diferentes programas de
ocio que se estaban emitiendo en ese momento en los diferentes canales. No le
convenció ninguno, por lo que volvió a repetir “diversión Online” y de nuevo
apareció otro menú sobre la misma temática, pero de emisiones Online. Carla
decidió irse a dormir.
A Esteban tampoco le
convenció nada, así que decidió leer un poco antes de irse a la cama, a ver si
conseguía tranquilizarse. Volvió a hablar, pero en esta ocasión dijo “continuar
lectura 1984” e inmediatamente en la pantalla apareció un libro gigante abierto
por la página en la que hace dos días se quedó dormido.
Acomodado en su sofá
comenzó a leer, sin tener que mover ni un dedo, simplemente los ojos
recorriendo las líneas, ya que al llegar a la última palabra de la página, la
pantalla automáticamente pasaba a la siguiente, y a la siguiente, y a la
siguiente y a la siguien...zzzzz. Y tras 10 minutos con los ojos cerrados, la
pantalla se apagó y poco a poco volvió a subir por donde había bajado.
Esteban se despertó a media
noche y decidió irse a la cama, mañana sería otro día duro.